ENEDIANA, DEL LIBRO DE POESIA, "NO ES MENTIRA ESTE PARAISO", CECUT, CONACULTA, 2010.

PRESENTACION DE NO ES MENTIRA ESTE PARAISO

PRESENTACION DE NO ES MENTIRA ESTE PARAISO
VICTOR SOTO FERREL, ELIZABETH CAZESSUS NELIDA RUIZ

jueves, 19 de julio de 2012

POEMA REBELDE: LO QUE PASA




Lo que pasa es que vivo
en un poema disperso,
cruzo de una a otra orilla
lo llevo entre las manos
como un niño huérfano,
sujeto a todas las violaciones,
en un país donde la economía
es un bien para unos cuantos ladrones
los salarios una lucha contra el desgaste,
y la justicia, una razón que no se ve, ni se toca.

Lo que pasa
es que la familia se convirtió
en una célula del cáncer,
un pretexto para el suicidio,
y los abuelos se quedaron hablando solos
y los padres no hicieron su trabajo
Olvidaron el futuro, vivieron del pasado
Firmando un contrato leonino, sin saberlo.

Lo que pasa es que la pasión revela
fieras descontentas,
y el amor es recipiente del olvido,
un cuerpo cortado por la incomprensión,
por una avalancha de contrataciones tributarias
abanderado y en cólera en una cárcel invisible.

Lo que pasa
es que nada de esto es suficiente
voy en  busca de la fuente en otro río
no en éste contaminado,
salgo a la luz, busco el sol como puedo
sin chocar  entre las letras
veré las estrellas del cielo y el mar
huyendo de la fabrica de humanos conformes.

Lo que pasa es que hay que abandonar
el huerto lleno de hojarasca,
sin escuchar más a la arpía que lo habita
y sobornados heraldos de su gloria,
irse lejos, buscar otro lugar
para entender el ansia  
que carcome las vísceras.
                 
        
Y no ser flanco de la prisa
De la modernidad  esclavizada
Del avaro y sus mazmorras
Del político neloliberal de cabecera
De la cínica y comodina demagogia.
El hombre entero no está en la filosofía
ni el humano en la poesía
y la ciencia está al servicio del poder y la guerra.
Hoy vivo condenada por la sola palabra
y su grito en las calles.


Elizabeth Cazessús
Tijuana. B. C.





lunes, 16 de julio de 2012

PINTURA REVISITADA: "La no pretensión de lo sagrado"

Elizabeth Cazessús                                                                             

¿Sabes qué es la pintura, Ángel? 

El esfuerzo de la materia por convertirse en luz.

Pintor de Tijuana anónimo. 

Bar “Silencio”







Ángel Valrá nos muestra su obra en el Centro Cultural Tijuana, en el tercer piso de  la galería del Cubo, en una edición esperada  por muchos de nosotros, desde hace varias décadas.
Muestra sorprendente por su belleza, el contenido, la trayectoria, la autenticidad; características que invitan y reúnen para apreciar la obra de este pintor bajacaliforniano que ha trascendido por su entrega y resistencia  en las artes plásticas con su trabajo fecundo y creador. El recorrido se perfila lucidamente planeado por  la curaduría de Enrique Ciapara, quien puntualiza una exhibición libre de saturación y seductora presentación.


Así, el visitante puede disfrutar en  las diferentes secciones, la evolución que ha tenido la obra de Ángel Valra,  desde la obra figurativa de los 80s, el figurativo atmosférico de los 90s”, hasta el abstracto cósmico a partir de la década 2000.
Independientemente de la técnica en Valra, puedo apreciar  una actitud hacia lo sagrado, pintar para él  es un acto ritual, expresar lo que encuentra de manera transitoria en el lienzo, asumir el dictado, lo que su mente y los materiales le dan en cada obra. Y como el mismo menciona, en palabras de Pablo Natorph, “lo sagrado es la no pretensión, es obedecer el dictado de los materiales”. Y es en esto, donde los hallazgos son más que imágenes, son fenómenos, escenarios donde están sucediendo cosas, donde la naturaleza animal y humana se expresan, donde la tierra hace sus diferentes confrontaciones. Las palabras guardan silencio, porque no hay nada que explicar, sino sentir, percibir, contemplar y dejar que la estática te lleve a los lugares del encuentro, para disfrutar  y lograr entrar a la esencia de su obra.



Esto es visible en “Black Blood”, un cuadro que  magnifica una especie de eclosión galáctica; la densidad del negro de fondo incrementa el dramatismo, la elevación, el vuelo; en “Opera Azul”, la cascada del azul es un personaje sacerdotal dentro una caverna celeste, donde el erotismo emerge de los muros y formas lechosas; la “Montaña Sagrada”, un cuadro que el curador propone en cambio de posición, de horizontal a vertical; y de manera vertical asemeja un fondo marino, abisal. Con esto se comprueba que la obra de Ángel Valra cuando se mueve,  cobra nueva vida. En  otros cuadros de reciente factura, hace homenajes a los muertos de Acteal, con el “Árbol de la Muerte”, obra  impresionantemente energética, y su  homenaje a  Eduardo Chillida en la serie, “ Todos los papeles”  perteneciente a la última década de abstraccionismo cósmico, donde hace gala del simbolismo.


Imposible concentrar en palabras todo lo que esta retrospectiva ofrece en tres décadas, -tiempo de tiempos-,  hay que estar horas y ver al detalle todo lo expresado y vivido por el autor. Cada cuadro tiene su historia, su hilo conductor, su origen como parte del rito, trance, coincidencia, conjugación del verbo creador, acto de sumersión, poesía incurable, insurrección del instinto. Lo que puede ser y no es, hasta que la obra queda  plasmada, en el campo donde los materiales se untan, se difieren, se detiene, se desparraman y el color fluye, mientras Valrá hace su danza ritual, alrededor de su estudio, (como se ve en el video que hizo  Giancarlo Ruiz ), toma el color con sus pinceles/ trapos, o sus dedos y los avienta al lienzo, o acaricia o rasga el color sobre el muro, en el estudio. Todo converge en un universo donde van apareciendo las diferentes regiones desde la oscura gentileza de ser uno con la naturaleza primigenia;, regiones abisales, galácticas, volcánicas, mareas y horizontes embravecidos; reflejando la expresión del instinto purificado con la animosidad o impulso del gesto, la rivalidad con lo que no puede ser, revitalizando la infancia de los tiempos en un juego con el fuego.


Ante esto, Valrá defiende y ratifica su posición frente a los materiales, él pinta con el cuerpo transido, se ve como un instrumento al servicio, no como demiurgo.
Del abstraccionismo figurativo, al principio de la exposición hay obras como “La patera “ donde los naranjas predominan, espacios del sol; irradian esa vitalidad e incandescencia  de un gran barco  que transporta migrantes de  África a España;  “El palestino”, que representa un Jesucristo que nos remonta en la historia, siglos; dos de sus obras excepcionales en esta sección; sección de magníficos contrastes, derramamientos  y efectos visuales que provocan el asombro y la sublimación de la mirada. 
En lo figurativo, hay cuadros de colores fríos, con personajes oscuros, animalescos, fantasmas y demonios,  aquí predominan los azules, la perspectiva de la intimidad con figuras humanas que comunican  dramatismo, subterfugios, relaciones oscuras,  que no se excluyen  en ninguna obra que valga la pena analizar, sopesar, ver con detenimiento; por lo que implica una mente profunda  abismal y extremadamente sensible. Como todo creador se enfrenta a sus ángeles y demonios, a sus fantasmas como parte del rito, afirmaría el escritor, Ernesto Sábato.


Ángel Valrá, tiene el cuidado desde el inicio de acercarnos a su técnica, en un texto que  presenta y explica  con ejemplos  claros en el video, con la que ha trabajado las últimas décadas, y logrado la libertad en el trazo y enfocar su fuerza expresiva, llamada, “Mecánica de fluidos”. 
Técnica con la que se identifica, con el manejo de instrumentos, el proceso creador y ejecuta en esta última etapa; digo se identifica, porque Valrá es un creador, y los creadores son intuitivos, saben sin saber, piensan sin pensar, el impulso de su voluntad los lleva a la  “tierra medial”;  su manera de enfrentarse al lienzo es de manera intuitiva/instintiva. Valrá intuye los fenómenos que están por venir, los olfatea, los evoca. El se planta como creador de universos, prepara sus materiales y juega con los fluidos de la pintura en los lienzos, así se va compenetrando con el tiempo, el espacio;  y la energía fluye, puede realizar juegos entre lo seco y lo mojado. En sus cuadros  aparecen grumos o volutas  de pintura, simbólicas formas como pequeñas  islas, chacras,  huesos, suspensiones  que hacen contrastes y alientan  atmósferas en el espacio poético.  El fluido cromático se convierte en ritmo, armonía, melodías, haciendo el balance en cada obra. Al explicar Valrá, la “Mecánica de Fluidos”, cobra  significado la fuerza energética que tiene su obra; el estallido del volcán, la vertiginosa expresión en su árbol de la muerte, el dramatismo de sus personajes,  la ruptura  con el catolicismo, en su “Ángel Exterminador”, el caos en “La guerra del Golfo”, la sensualidad del lomo de Equs, el magnetismo  de “Black blood”.


En esta retrospectiva, Ángel nos muestra sus  principios como creador,  basado en lecturas, en viajes, con la influencia de los maestros que admira. Ángel, ante todo también es lector y melómano, se acerca a la filosofía  y a la poesía, a través de su obra, sin el fin de encontrar la verdad, sin la pretensión de poseerla. Hay momentos geniales en la obra de Angel Valrá, entre la ruptura y la entrega; la ruptura como sostén de la crítica genialidad y la entrega como la entrada a momentos de gran lucidez.


Tijuana, B.C. 2 de julio del 2012




domingo, 1 de julio de 2012

LOS INDIGNADOS, Elizabeth Cazessús.

                                                                   

 

Me arrebataron la razón del mundo
Y me dijeron: gasta tus años componiendo
este rompecabezas sin sentido.
(….)
  Y los vi desde lejos
ocultar lo que roban y reír.
El despojo.
 Rosario Castellanos.
   
Los indignados salen  a la calle a reclamar
su metro cuadrado, el vaso con agua, su milpa,
su sal, su libro, sus derechos humanos y pedazo de historia.
Los indignados se callan, se domestican, se acostumbran, se sueñan
se hacen de una piel dura de corderos o de parias,
de locos actores o suicidas.Los indignados salen  a la calle a reclamar
su metro cuadrado, el vaso con agua, su milpa,
su sal, su libro, sus derechos humanos y pedazo de historia.
Los indignados se callan, se domestican, se acostumbran, se sueñan
se hacen de una piel dura de corderos o de parias,
de locos actores o suicidas.





Los indignados saben morir, se les va el dolor por las cañerías,
los botes de basura, las letrinas, entre lodo e inundaciones
Los indignados son la masa de una canción rebelde ,
un canto gregoriano de un país por renacer
Los indignados levantan la voz para no morir de hambre
Ni de celos ni de hiel,
para que el dulce de la vida no se amargue debajo de la lengua
Los indignados ya no fuman con el “ogro filantrópico”, detestan los humos
de la posmodernidad, la globalización y su máscara xenofóbica

Los indignados amanecen desvalidos y sin trabajo, detestando el pago de impuestos,
La luz, el agua, la gasolina, son parte de las estadísticas, sin integrarse a la
normatividad con un número, una etiqueta, están fuera del cardumen,
y de este gran negocio que es gobernar un país.
Los indignados hacen foros culturales, promueven protestas masivas,
Hacen de su movimiento una verdad que luego será traicionada por la mafia.
Los indignados están locos y son fieras y se lamen heridas y se justifican
Y chillan y sonríen,  son legionarios como Cristo,  y árboles con sus hojas en llamas.



Los indignados cargan en sus hombros la piedra filosofal,
y desmienten a su padre y  a su madre,
se pelean, hacen de la ira una lucha interna,
se deconstruyen,  porque no les queda de otra,
hacen su mortaja de palabras y aprenden a mirar al amigo que se corrompe.
Los indignados están cansados de vivir con la “ruleta rusa”, en la cuerda floja o en el punto ciego,
militan entre las sombras una canción del destierro,
un discurso sin entender, 
la pedacería de la realidad sin plena conciencia.
Los indignados son huérfanos, y claman al cielo y  la tierra,
al sol y la luna; esa incomprensión de siglos, ese deseo sin nido, esa pasión sin lecho.
Los indignados se contradicen, condenan a la especie en su auto condena,
 no saben que el mal esta implantado como un ilusión de la oscuridad, 
mal de ciegos que deshila al embrión en su tinta en cada niño.
Los indignados reclaman justicia ante el poder de la sombra
en versos que iluminan el pasado, con  fuegos que le cantan a la noche,
la vida que florece en sus entrañas, sin pecado  venial concebido.



Los indignados hablan del cáncer, enfermedades venéreas, la comida chatarra

El tercer sexo, la neurosis del siglo, se quitan las manchas, las ojeras,
la flemática borrachera y saben que algo anda mal.

Los indignados  se iluminan con ideas en el atrio de una iglesia, en los bordes de una banqueta
En la banca del parque con cada indigente y su guadaña enrarecida
Los indignados escupen sangre con el paso de los años,  se les caen los colmillos,
el coraje les crece como hiena por dentro, que luego sonríe con su marca
de plasma entre los dientes
Los indignados son invitados incómodos a la fiesta del derroche, ningún  protocolo los incluye
Son la blasfemia sordo muda, crean el rictus circunspecto,
se sientan en la sala sin memoria
y prefieren salir por la puerta de atrás.

Los indignados tienen certezas que nunca han hecho válidas,
aciertos de los que se han apropiado otros;
mentiras como verdades, silencio a muchas voces, ratones en la alacena.
Los indignados son otro universo, otro lenguaje, otro tesoro;
los otros son ellos mismos, irreconocibles a veces, en franca desmesura,
maldecidos por el simple hecho de ser diferentes.
 Los indignados viven el mundo del revés, los triunfos que lograron  en tiempos de lucha
son manipulados por  funcionarios públicos;
la simulación, el chantaje, la mezquindad 
son protagónicos esquemas del que abusa del poder, 
funcionarios  y mafiosos son personajes de la misma condición.





Los indignados sufren la demagogia, el cinismo, la impunidad de gobernantes,
la inmoralidad como medida de acción;
sus  necesidades primarias y  de justicia social van a la zaga.
Los indignados  a lo largo y ancho del país han sido despojados de sus derechos,
son la cifra roja frente a las utopías, el amor y la paz.

Los indignados viven tiempos de egoísmo, de avaricia y lesa humanidad
 la guerra del hombre es producto de las adicciones;
todos agonizan como especie en extinción.
Los indignados hacen el poema más largo de la historia,
Con fraudes, plagios, simulaciones, traiciones,
ven la historia repetirse en un juego de ajedrez,
con sus muertos y maldiciones, con sus reclamos y frustraciones,
entre la zozobra y el absurdo: simulacro del pasado.
Los indignados han tenido que salir del país buscando el “sueño americano” sin sueño y sin salario.
Los indignados escriben el poema más largo de la historia en acciones concretas,
en pasiones a la sombra, con palabras que son bombas,  en llanto y dolor consumados,
Los indignados buscan resolver el dilema de seres humanos perdidos,
sujetos descriptibles, datos duros,  amorosos e ingenuos  despiertan 
para sentir el sol diáfano, el saludo de su perro.
Los indignados salen a la calle porque se sueñan en otro lugar
que reescriben y  reinventan en contraste con la  decadente opulencia,
el poder impune, la corrupción y la extraña sensación de que son otros
porque tiene heridas sin remedio y viven en el país del olvido.

RAZONES DE LA DAMA INFIEL , PARTE 1

RAZONES DE LA DAMA INFIEL, PARTE 2