Entrevista con el fotógrafo Vidal Pinto
por Elizabeth Cazessús.
Primera Parte.
Invitada por Antonio Escalante, tuve la oportunidad de apreciar la exposición que nos ofreció Vidal Pinto, en el mes de abril como parte de los eventos de celebración del primer aniversario del PRAD, del presente año. Estuvo presente en la inauguración la Lic. Elsa Arnaiz de Toledo, directora del IMAC, así como algunas funcionarias del instituto, quienes acompañaron al fotógrafo en su recorrido acerca de su más reciente obra. En esta ocasión también tuvo una charla con el editor y periodista, Jaime Cháidez acerca de “La fotografía artística en Tijuana”, misma que fue grabada para difundirla en el programa del IMER que cada jueves realiza el periodista.
Vidal Pinto es uno de los pocos fotógrafos de Tijuana, que han hecho de la fotografía un arte. Con una trayectoria impresionante. Ha participado en 10 exposiciones colectivas, en Estados Unidos; 40 colectivas por varios estados de la republica mexicana, desde su primera exposición realizada con el “Grupo Fotográfico de Tijuana”, en 1957.
Vidal Pinto se introduce en esta entrevista, con ese ímpetu directo, franco y seguro que lo caracteriza y de esta manera nos externa más de su trayectoria, técnicas, orígenes, su relación profesional con sus modelos y la ciudad, así como su compromiso con el arte de la fotografía:
- Un día mi maestro de Literatura inglesa nos dio 55 minutos para responder: ¿qué es el renacimiento? Yo sólo ocupé dos palabras: ambición y riqueza. En el renacimiento, la ambición por el dinero y la riqueza dio lugar a todo el arte que conocemos hasta hoy.
-¿Quiénes son los maestros que han influido en tu obra, Vidal?
Volvemos al renacimiento mi favorito es Paolo Uccello, casi al principio del renacimiento, si lo observas la combinación es ideal, el uso del color. El hizo Las Batallas de San Romano, ves los caballos y parecen viejos y a la vez parecen ultramodernos. Paolo Ucello fue de los originadores del principio de la perspectiva, antes de él la figura era plana, y él demostró la manera más perfecta. No digo que me ha influenciado mucho, pero si en lo que respecta a la composición. Toda la obra de él es un estudio de composición, líneas y curvas. De los demás, D’ Vinci, Miguel Ångel, Rafael, los holandeses; Rubens no tanto; Boticelli si me arruinó, es el que más me ha gustado de todos. Y bueno, Turner, el inglés; Goya, Velázquez, y el Greco.
-¿Quieres decir que has tomado lo mejor de los grandes maestros?
No, he robado, los mediocres toman; los buenos, robamos. Ya no hay nada original. Hace más de un mes En la plática que di en el PRAD hablé del retrato. Todos los retratos que ves ahora en los estudios son una copia ordinaria del renacimiento. Las poses, los perfiles, las manos, todas las posiciones.
¿Tienes una cierta sensibilidad para escoger a tus modelos? Cómo sabes qué modelo tiene las características que tú buscas? ¿Cómo distingues unos de otros?
Simplemente estudias la cara, en la cara te das cuenta, la manera de ver, de hablar, es muy importante, (aunque la gente no hable durante el proceso), y sobre todo, la piel. Yo trabajo con gente morena, en blanco y negro. En la piel morena se logra un punto en que parece metálica. En blanco y negro, tienes muchas opciones, y logras todos los tonos del gris. Bien trabajado logras que se vea como de plata. Esto no siempre se logra porque la piel no siempre está como yo quisiera, o la luz, no la puedo controlar en el exterior. La hora del día influye. Nunca tomo fotos entre once y tres de la tarde.
-¿Cuánto tiempo te lleva el proceso de estudio de un modelo específico? ¿Cuándo una foto te deja satisfecho?
Tú sientes que la foto que tomaste es buena al momento en que la tomas. En fracciones de segundos decides lo que vas a hacer. Es la desventaja que tenemos con los pintores. Ellos tienen todo el tiempo de estar alterando constantemente la obra. Al menos que uses el foto shop. Yo lo uso para quitar errores y basuritas. El último modelo que retraté es un muchacho de Acapulco, le tomé como ciento cuarenta fotos, pero las que valen la pena son dos. Trabajé dos horas y media.
Bueno tu mirada esta entrenada, tu experiencia te ha dado un entrenamiento para lograr esto de manera rápida.
Si por eso nunca me ves con la cámara en la mano. Cuando me veas con la cámara es porque voy a algo.
Entonces, ya tengo la foto que quiero sacar.
-Tú eres un fotógrafo de Tijuana, háblanos de tu origen y de tu relación con la ciudad, ¿que ha sido para ti Tijuana, en tu creación, técnica y estudios?
Creo que Tijuana es mi universo fotográfico, todo lo que he hecho lo he hecho en Tijuana, me gustaría hacerlo en otras, partes, pero aquí tienes una cantidad increíble de cosas que ver y fotografiar, edificios personas, cosas; lo que quieras, aquí lo vas a hallar. Estuve en Uruapan hace poco, y es muy bonito, pero aquí es algo especial.
-¿Qué es lo que te atrapa de Tijuana?
La gente. La de aquí, no la que viene de afuera. La gente de aquí es muy diferente en el trato. Aunque después de los 70s, Tijuana empezó a perder la civilidad, la gente se ha vuelto grosera, lo peor. Yo ya no salgo a gusto a la calle. Ya no me encuentro a los amigos que me encontraba antes, lo ves en la calle, en los comercios. La relación personal con el de la tienda de abarrotes y con el que te vende el periódico se perdió.
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¿No crees que ha influido las historias de migración?
Ah! si, eso ha influido desde el 85, después del temblor el ciudad de México esta ciudad cambio mucho. Y mucha gente que viene de fuera, desea pasarse a Estado Unidos y no agarran el cariño a Tijuana. Los periodistas saben y escriben que somos un punto de paso, nada más. También hay gente buena que se queda en la ciudad.
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¿Y la gente de tus fotografías? Háblanos de tus tijuanenses.
La mayoría son gentes que trabajan y que conozco de años, personajes de la calle y trabajadores, aunque en el caso de los fisicoculturistas, esos si, los vi en un concurso y les dije que si me posaban. Fue algo espontáneo. Pero hay un sastre que después de más de 30 años de estar trabajando, a unas cuantas puertas de la casa, duré años para que me aceptara que le tomara una foto. Esa es la gente que viene del sur, huraña, que no quieren que le tomen fotos; como mi papá. A mi papá nunca le pude tomar una foto buena, nunca quiso, nunca se prestó, con mi madre fue todo lo contrario.
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¿De donde era tú papá?
De Jalisco, el llegó en 1923 de Amacuenca, y mi madre era de Michocán. Ella llegó en 1932 o 34.
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¿En qué año naciste?
Yo nací en 1939,
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¿Tus padres te platicaban de la Tijuana del 39?
Si. Mi madre me enseñó a leer. A los cuatro años yo ya leía el periódico. La segunda Guerra mundial la traigo muy marcada, el asesinato de Gandhi , el robo de Israel, la bomba atómica. Yo le preguntaba a mi madre que por qué había guerras. Pero mi madre nunca me supo explicar la guerra. Yo no conocí a los abuelos. Ella perdió sus papás en el tiempo de la revolución, y del lado de mi padre, sólo conocí a la madre de él.
-Esa Tijuana, en relación a tu infancia y adolescencia, cómo se miraba el fotógrafo, al retratista que trataba de registrar a la ciudad a través de su cámara?
Pues, mira, los que tenían estudios no les importaba la ciudad, ellos tenían sus estudios. Fotógrafos de prensa, prácticamente no había ni uno. Sin embargo Francisco Martín, dueño de los artículos fotográficos que genéricamente llamaban Kodak . Ese señor, tenía un registro increíble de fotos de los 30s. El era refugiado de la guerra española . El hijo era Francisco Martin y el otro José María Martin, ya murieron todos. El papá de estos amigos tenía un archivo enorme a finales de los 30 de aquí de Tijuana. Desgraciadamente, lo quemaron y lo tiraron a la basura. Antes de que sucediera esto, yo le decía al hijo, vamos viendo los negativos y hacemos un archivo. No vieron eso. A mí me dolió hasta el alma, cuando pregunté . Oye y las fotos. No, ya se tiró todo, me contestó ¿Te imaginas?
-Qué descuido, esa es la parte a-histórica de Tijuana, por ese tipo de actitudes o maneras hemos perdido muchos registros.
La gente no veía lo que podía suceder después. El momento era lo único que importaba. Por el Sr. Nonaka tenemos fotos de la Tijuana antigua. Hubo otros que tomaron fotos, pero nada más para ellos. Y ese no es mi caso, yo quiero compartir.
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¿Estos hallazgos y pérdidas te influyeron en tu juventud para saber lo que querías hacer?
Desde un principio yo sí sabía que quería hacer fotografía de arte. Nunca me interesó la fotografía comercial. Pero entonces no se conocía el concepto de fotografía de arte. Te hablo de fines de los 40s. Hasta mediados de los 50s, se empezó a ver la fotografía como arte y más en Estados Unidos y en Europa, que en Latinoamérica. Entonces ya se conocía el archivo Casasola o de Ålvarez Bravo, de estos archivos se conocía la obra, pero era muy limitado el conocimiento acerca de la fotografía como arte y de estos. Fue a partir de los 70s u 80s que cobro más auge el concepto artístico de la fotografía.
En los 50s podías comprar obra de Ansel Adams, en 200 0 250 dólares, ahorita si consigues una en 50 000 dólares es barata. Hay una fotografía del Tina Modotti, la amante de Edgar Weston, que está valuada en millón y medio.
-¿Qué otros perfiles hay en tu fotografía?
Me gustan los trabajadores, perfiles urbanos. Y la razón es muy sencilla. Los que tiene sus ocupaciones en la oficina, ellos van a los estudios.
¿Cuál fue el momento en que te diste a conocer como fotógrafo?
En los cincuenta ya había decidido dedicarme a la fotografía artística, con el grupo fotográfico de Tijuana. Exponíamos en el campestre y sesionábamos en Hotel César’s, en la torre. Todos los del grupo eran profesionistas, ingenieros doctores, arquitectos. Yo era el único lego de ahí, tenía 16 años. Desgraciadamente, este grupo manejaba el culto al equipo fotográfico, no a la fotografía. Si no tenias “X” marca no eras buen fotógrafo, y hasta la fecha hay algunos desubicados que creen lo mismo. Y no es el equipo lo que importa, sino tú como artista. Siento que no he logrado lo que he querido para darme a conocer. Pero, tampoco es lo que más me importa. Yo lo que quiero es tomar las fotos y que las vean.
Entrevista publicada en el Suplemento Identidad,Editor Jaime Cháidez, Domingo 3 de julio del 2011.
LA ARROGANCIA DE LA EXCELENCIA
Entrevista con Vidal Pinto
Elizabeth Cazessús
SEGUNDA PARTE.
¿Cuáles han sido tus últimas exposiciones?
La del Cubo, con OBRA NEGRA en el CECUT, y ésta del PRAD. En la del Cubo yo no escogí la obra, fueron los curadores, Olga Margarita Dávila y Carlos Ashida. Ellos hicieron la selección, y bueno fue una decisión diferente a la mía. Hay dos fotos buenas y dos que desde mi punto de vista no deberían de haber escogido, pero yo no opiné al respecto. Ellos vinieron como curadores y fue su responsabilidad.
-¿Qué exposiciones han sido importantes para ti?
-Para mi todas, porque son parte del proceso. Yo recuerdo que en los setenta yo tenía una frase: “Si expones, te expones”., luego un director de teatro me robo la frase. La charla que tuve con Jaime Cháidez, en el PRAD fue interesante porque hablamos de la fotografía artística, no la comercial, hablamos de los orígenes de la fotografía artística. Porque ahora los que están exhibiendo y haciendo fotografía, creen que son los precursores de la fotografía artística en Tijuana, pero ignoran que desde los cincuenta ésta ya estaba activa. El tema era hablar de lo histórico de la fotografía artística en Tijuana, y no era precisamente hablar de mi fotografía. Hay hechos que nadie me puede rebatir.
-¿Por qué se ha perdido la crónica histórica del origen de la fotografía artística.? Por qué crees que sucede esto? No se han hecho los registros necesarios.…¿Hay rivalidades, celo, entre los artistas? ¿Hace falta más comunicación o dar a conocer a las nuevas generaciones lo que se ha hecho anteriormente? ¿Cómo ves esta problemática como parte de la expresión de la ciudad?
-En Tijuana el arte nunca se ha difundido como debe ser, al principio de mi carrera había una exposición pero no había una sección cultural. Por lo regular las exposiciones aparecían en la secciones de sociales. Lo segundo es que no hay críticos de arte. Algunos que se dicen críticos de arte, creen que saben, pero no, están muy limitados en cuanto a lo que han visto. En cuanto a recopilación de datos pues han surgido varias ocasiones que presenta uno la obra y no pasa nada. Por ahí se hizo un diccionario de artistas donde yo no estoy, porque a mí no me hablaron nunca. De este tipo de proyectos lo que me molesta a mi es que va de boca en boca, de oídas. No se formaliza por medio de un comunicado o una carta, como sucede en otros países. En los últimos años que he exhibido en “el otro lado”, me han mandado una carta invitándome a exhibir. Aquí no hay ese respeto, los funcionarios o promotores institucionales quieren que uno les ande rogando para que te den chanza. Pero yo no tolero eso.
-¿Qué piensas de las políticas públicas? ¿Crees que funcionan? Considerando a una Tijuana con un desarrollo institucional, con intercambios culturales binacionales o fronterizas o con del mismo apoyo presupuestal que se le ha dado a ciertos programas para la difusión del arte. ¿Has entrado a este tipo de programas o has recibido estos apoyos?
-No, lo que he exhibido en Estados Unidos ha sido con galerías privadas, en los últimos 3 años en el Museo de Arte de Santa Mónica. Hubo alguien que me recomendó para una exhibición en San Diego, no recuerdo quien. Y le dijo a la curadora :“tienes que ver la obra de Vidal Pinto”; y vinieron conmigo del Museo de Arte Contemporáneo de la Joya , y me pidieron 3000 impresiones para ver. Yo les dije: No van a ver ninguna. ¿Quieren ver algo? Ahí están los negativos. Y si, nos pusimos de acuerdo y vimos 2000 negativos. Escogieron 11 fotos. Creo que fueron muy espléndidas. Calculo ahorita entre lo digital que he hecho y lo que he hecho en plata hay como 130 mil negativos. Y para mi gusto hay 10 fotos que valen la pena. Estas amigas del Museo de la Joya, escogieron 10 de 3000, o sea que soy más estricto que ellas.
-En cuanto a la colectiva de Obra Negra, me dices que hubo dos fotos buenas, y otras dos que te parece no deberían de haber escogido. ¿por qué consideras esta diferencia?
-El enfoque que ellos quisieron presentar de mi obra, no es el mío. Ellos seleccionaron, fue su responsabilidad.
-¿Qué perfiles son, retratos…..?
-Hay un retrato de mi madre, una de mis mejores fotos; y un desnudo de un chavalo; las otras dos no me parecían tan buenas, un arenal y una pared grafiteada. Desde mi punto de vista, había fotos más buenas en el material que les entregué. Pero, te vuelvo a repetir, fue responsabilidad de los curadores.
-¿Qué opinión tienes de Obra Negra en general y en particular?
-La idea y la intensión fue buena, pero la presentación, no. Por ejemplo, para una de mis fotos no tenía la cédula y las que tenían, no las alcanzabas a ver. Te tenías que hincar para poder verlas. Las hicieron con una letra muy pequeña. Además estaban hechas con un papel muy barato y no tenían los datos completos de una cédula formal. En cuanto a la distribución, ya ves que dividieron la obra en varios pisos. Mi obra está en los tres pisos. Yo esperaba que lo mío estuviera en una sola pared. Esto hace que identifiques fácil al autor y las fechas de creación. Pero no, yo mismo tuve que buscar mi obra por los tres pisos.¡Unas fotos aparecieron en un lado, luego en otro piso, y en el último piso busque otra vez! Eso no me gustó. Creo que fue mucho el trabajo, y se les vino encima.
-¡Y aún no sale el catalogo! Desde tu punto de vista ¿Hay excesos en la forma en que se mostró Obra Negra o situaciones que los curadores no previnieron?
No es mi gusto, ni mi estilo, yo nunca presento una obra junto a otra. En primer lugar, cansa, y cuando hay más espacio entre una y otra puedes moverte a gusto, sin estorbar.
¿Te gusta crear el espacio poético para presentar la obra?
-¡Exactamente! Y la obra requiere de aire, entre una y otra. En 1986 exhibí yo solo en el CECUT, en la sala 5 , que para mi es la mejor sala de todo el Centro. La luz es la adecuada. Y la altura de la luces está muy bien Y exhibí 50 fotos, me hubiera gustado exhibir 25 porque luego me di cuenta que estaban muy juntas. Fui el primer tijuanense que exhibí solo ahí. Ningún pintor se dio ese taco.
-Háblanos de tus técnicas para crear fotografía.
Las técnicas que todo mundo usa. Tengo una balanza para prepara reveladores, pero ya me da flojera. Respecto el equipo es el que usa todo el mundo, los mismos reveladores, las mismas películas los mismos papeles. No tengo nada secreto. El equipo no significa nada, sino quien está detrás del equipo.
-¿Cuál fue tu primer cuarto oscuro?
El primero, fue la cocina de mi mamá. En ese tiempo sacaba a todo mundo de la cocina, tenía que tapar la ventanas, y salir a la calle para apagar el foco del poste, porque entraba la luz. Cuando iba a ponerme a trabajar empezaba a apurarles para que se salieran, les sacaba sus platillos de la cena etc, a ese grado. Hasta 1961- 62, hice mi cuarto oscuro. Entonces tenía 23 años.
Yo hice mi cuarto oscuro, la mesa, arreglé las paredes, la tina del revelado. Tengo mi sierrita y el martillo. No se me dificulta nada manual. Y he usado lo que todo mundo usa. No hay fórmulas. Mi cuarto es chico mide 11 por 10 pies, la mesa de revelado mide 8 pies. Y donde están los amplificadores, hay como 6 pies de largo. Tengo un espacio para caminar como de dos metros.
-¿Tienes fotos de famosos?
No. Bueno si…Tengo a los pintores Benjamín Serrano, a Daniela Gallois,
-Y ¿qué otros famosos te gustaría retratar?
Un buen músico, una bailarina; ningún político, ni deportistas.
Para resumir, Vidal:
¿Realmente crees que OBRA NEGRA nos mostró la crónica histórica del arte de Tijuana?
Hablando en términos artísticos, OBRA NEGRA sólo dejó un claroscuro.
-¿A dónde nos llevará la falta de crítica de arte, de crónica del arte, la indiferencia y prepotencia de algunos funcionarios para el desarrollo del arte y de los artistas en Tijuana?
-Pues, a seguir improvisando…Y bueno, lo que les pasa a los “críticos” es que siempre tratan de imponer sus gustos si es que los tienen. La mayoría son subjetivos y creen que son los únicos que tiene la razón. Recuerda la frase inglesa: Those who can’t, criticize, (“Los que no pueden, critican”). A las instituciones ni las tomo en cuenta, pero de algún modo tienen la obligación de hacer su labor.
- ¿Qué nuevas actitudes o acciones se necesitan tanto de los artistas, las nuevas generaciones y ciudadanos para enfrentar estas ausencias para el desarrollo artístico de nuestra ciudad?
El estudiante y el artista deben de leer más sobre arte y ver todas las obras posibles. Investigar, informarse. Me gustaría que la gente se involucrara más en las exposiciones, que tuviera más curiosidad por el arte. Y que tomara en cuenta que la mayoría son gratis. Todavía no hay ese gusto, aun no existe el fisgón del arte. Sin embargo, viene un Joan Sebastián, cobra más de mil pesos y los pagan. No parece que haya tal crisis. El sistema educativo tampoco ayuda. Si hubiera un sistema educativo que se ocupara de las artes, los Joan Sebastián se morirían de hambre. 5 de julio, del 2011.
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