Francisco Morales.
La crítica respecto "a la salida intempestiva de la Directora del Cecut", debe ser analizada desde otra perspectiva pues no depende de la Lic. Teresa Vicencio, sino a las renuncias de las direcciones de la secretaria de Educación Pública y la de la titular del INBA Maria Teresa Franco. Por los motivos que sean son cambios de puestos claves que pudieran favorecer planes y proyectos en función de que La Lic. Teresa Vicencio siga apoyando desde el INBA el proyecto del Cecut y abrir nuevas posibilidades con el titular que se designe acá en Tijuana. Se sabe que el Cecut depende directamente de Conaculta, asi que espero que los nuevos cambios abran una línea en el tiempo y el espacio para el intercambio hacia el centro de México.
La Lic. Teresa Vicencio ha demostrado con su trabajo e inteligencia su capacidad para sacar adelante proyectos como la administración y dirigencia del Centro Cultural, aun con las limitantes ineherentes a un proceso de desarrollo dentro de la estructura de la que depende.
El Focuc como todo foro tiene el derecho de opinar y expresarse respecto a los cambios generados en el Cecut, simplemente que ya conozco sus tácticas y estrategias tan repasadas y clichés de lenguajes tan repetidos que no me causa más que una reflexión propia como ex miembra de Focuc. Va la reflexión crítica de regreso, pues siento la necesidad de abrir el foro.
El asunto es que el documento enviado por la coordinación y firmado por todos los actuales miembros del Focuc, expresa su sentir como en otras ocaciones pero se ve identificada por la crítica del Sr. Fidel Glez., el activista político Pedro Solis y por otros ciudadanos a un solo nombre: Leobardo Sarabia.
Es curioso e interesante este fenómeno que ahora representa el Focuc que dió inicio a un proyecto colectivo para la ciudad compuesto de una red humana que reorganizara las ideas que fluían y se reencontraban en la sobremesa, en los cafés y en las reuniones de artistas.
Organismo que se pensó para crear como una fuerza política ciudadana desde la comunidad cultural, con todos los sectores ahí representados, para desarrollar y hacer propuestas donde realmente se pudieran replantear las ideas de sus creadores, de sus promotores, de sus lectores, de los amantes del arte y de la comunidad en general, con una agenda ciudadana que no dependiera ni de las instituciones, ni de los partidos, ni de grupos políticos con intereses convenientes.
Esta era el sueño que platicamos con el Sr, Alfonso López, Lupita Rivemar, Aida Mendez, Luis Garzón , en el restaurant Gypsis de plaza Pueblo amigo, una noche después de la presentación de Tijuana La Horrible... Sueño que luego se fue transformando en una aventura política ciudadana sin precedentes hasta terminar en una pesadilla en mi caso personal.
La historia seria larga, pero ha quedado en actas, acciones políticas, en otros manifiestos y eventos. Una cronología realizada hacia dentro y fuera del Focuc y de la que yo formé parte activa.
El asunto de mi crítica va hacia la credibilidad del pensamiento, de las ideas y de la transparencia en las acciones, ver mas allá de nuestras expectativas y oler como el sabueso nuevas posibilidades de trascender la cultura provinciana de la que todos somos parte por mas ilustrados que aparezcan.
Es triste ver que finalmente el Focuc que se vio en un principio como alternativa a la inercia y a la falta de sensibilidad e inteligencia de nuestros gobiernos y funcionarios estatales y municipales así como a la falta de un proyecto cultural; una respuesta de integración de la políticas públicas que respondieran a las necesidades y características de nuestra región; y que en un principio si realizó una agenda como una voz determinante en el estado. El Focuc ahora se ve reducido al vituperio y descrédito de uno de sus miembros fundadores por la perdida de una visión y misión, la falta de autocrítica, de verdadera integridad y de un concepto de colectividad renovado.
El Focuc que en su inicio contaba con 23 miembros fundadores todos ellos con una gran trayectoria y de representación, así como de trabajo artístico y política de grupos independientes.
En el 2004 sumamos décadas de experiencia a una agenda política intensa y de consulta por todos los frentes y grupos de artistas que participaron en las actividades realizadas por el Focuc, de manera distinta.
De los miembros fundadores que firman este documento, “NO A LA IMPOSICION DEL CECUT” ahora sólo quedan 6 : Jaime Chaidez, Vianka Santana, Carlos y Leobardo Sarabia, Alfonso López y Guadalupe Rivemar.
Por lo que se ve la pérdida de la representación ciudadana porque ellos representan a un sólo grupo, al de ellos mismos. Cayeron en el absurdo total. Las otras voces ciudadanas ya no están, porque se minó el respeto a sus voces fundadoras, al ideal colectivo soñado de ex miembros que se fueron saliendo por la falta de coherencia y lealtad a un proyecto ciudadano único en la historia de la ciudad. De lo que nos propusimos ser, entonces, ahora el Focuc esta lejos, si no es que muerto.
De aquí que la simbiosis Focuc-Leobardo Sarabia, sea más que inevitable evidente. Ahora entiendo que con la intensión o no, este grupo fue mermando las voluntades propias del Focuc inicial y socabaron proyectos más interesantes, que los que ahora tiene el Focuc (¿cuáles? aparte de enviar cartitas y manifiestos).
Con el colectivo que un día fue el Foro Cultural Ciudadano, realizamos en los primeros dos años acciones sin precedentes, como: tener en nuestras manos las propuestas de desarrollo para la ciudad de Tijuana desde el primer foro ciudadano y del que tuvimos resultados nunca antes vistos en el Estado; la revisión de las políticas públicas culturales del estado con cada uno de los funcionarios representantes en su momento, la presencia del Focuc en el Congreso del Estado con propuestas y la intensión de mejorar los presupuestos destinados a las ciudades por parte del Estado, y otras acciones no menos significativas y de gran demanda para el desarrollo y la municipalización de la cultura. Sin las ideas y fuerza política de los ausentes no hubiera sido posible este trabajo y del que aún se hace vanagloria.
Al paso del tiempo lo que hicieron estos integrantes fue ir segando la fuerza de lo que se veía como una esperanza y una voluntad colectiva ante la sed de desarrollar en Tijuana un movimiento desde las entrañas y fuerzas vivas de la cultura de la ciudad.
¿Acaso premeditaron que este movimiento se les podía salir de las manos? ¿Acaso los nuevos proyectos de la Tercera Nación, el viaje a la exposición de Arco en Madrid, el festival de la ciudad, la participación en la FIL de Guadalajara, la búsqueda y rectificación y cabildeo de los presupuestos estatales y municipales les sirvió para otros fines?
Será el sereno. Lo que no supieron ver mis amigos, es que había que seguir por la línea independiente y por lo que perdieron los objetivos y la objetividad.
Finalmente Leobardo Sarabia y su grupo han conseguido todo para sus proyectos personales, no para el desarrollo de ese proyecto que se llamó Focuc. No supieron ver que el Focuc tenía el poder y lo tuvo, por el propio perfil de colectividad que se conjugó, la cantidad de miembros que lo componían, y por sus trayectorias y compromisos políticos demostrados con trabajo en la ciudad de manera independiente y con un compromiso social.
No fue por Leobardo Sarabia, ni por la coordinación que ahora esta representada por Alfonso López y Vianka Santana que ahora se ven bajo la critica, sino por ese doble juego político y de falta de un codigo de ética hacia adentro del grupo. La falta de respeto a la ciudadanía que se dicen representar hacia adentro y fuera del propio Focuc y que sus ex-miembros al final vivimos con todas sus contradicciones, hasta el cansancio y desvelo.
La misoginia de Vianka Santana y el machismo de Alfonso López se encargaron de nombrar como “pleito de faldas”, nuestras discusiones cuando las mujeres del colectivo proponíamos acciones más concretas y contundentes, en la promoción, en el desarrrollo de acciones poéticas criticas, en la alianza con los grupos artísticos independientes o institucionales y que no fueron escuchadas. Aun así se lograron hacer algunas propuestas, pero nos quedamos cortos, nos rebasaron los acontecimientos. Hasta mi renuncia al Focuc, había mucho más que vitalizar y dar en favor del trabajo comunitario y colectivo.
La experiencia en un inicio fue como una vela en el horizonte, pero se olvidó el camino de la resistencia que muchos de los antiguos miembros del Focuc habíamos realizado a pesar de las instituciones y de los intereses convenientes para darle seguimiento a las tantas propuestas que recopilamos. Ahora no creo que le sigan valiendo de mucho a estas alturas de la convergencia política. El Focuc se ha convertido en lo mismo que tanto ha criticado en sus declaraciones, dentro de un grupo que aparenta ser “ muy democrático”, y se atribuye el derecho de ponderar y decidir quien debe manejar o no una institución como el Cecut en nombre la voz ciudadana.
Es muy fácil hacer argumentos de peso cuando todo esta de cabeza en el país y en el estado de Baja California en materia de cultura, pero en el cotejo de actas están las acciones que valen por los principios de una ética política que grita ya basta! de discursos disfrazados, simulados y manipulados en nombre del “derecho cultural, de la reflexión y la democratización de la cultura, y de una postura de izquierda-derecha, derecha-izquierda y escalas de color”, que ahora desmantela a sus actores políticos hasta sus ultimas consecuencias ante un compromiso verdadero por el respeto dado en confianza por la voz ciudadana congregada y la prensa que dio registro de todas las acciones realizadas por el Focuc.
Mi postura frente el Focuc no tiene nada de personal, realmente le aposté a un proyecto colectivo, comunitario de trabajo ciudadano y me enamoré como siempre sucede con lo que me seduce y llena de esperanza. En todo caso el fracaso también es mío por que fui una ilusa, crei que todo era posible, lo comprobaba nuestra alegría, el deseo de ir sembrando la idea en otros y otras, el ver a tanta gente llegar a las reuniones y por no haberme aferrado al ideal de inicio. Luego vino la decepción , la ira y la impotencia. Si creen que parece tarde confesar, hay que ver lo que nos ha dejado esta experiencia que ya es parte de la histora de mi ciudad. Nada nos fue facil, pero hubo momentos de verdaderos encuentros.
Hay un virus que no se puede erradicar en materia de cultura y educación en México y se llama Simulación.
Realmente la ciudad sigue necesitando ahora más que nunca, un proyecto de cultura independiente que siente las bases del nacimiento de una cultura fronteriza minada por la nacocultura con sotana, la narco cultura, el desmantelamiento neolibral y la política de marketing .
La reflexión en estos caso es para hacer la autocrítica respectiva, rectificar los caminos (si es que hay remedio) o saber retirarse de la escena política. O lo que es lo mismo, hay que darle santa sepultura al muerto en domingo de pascua. Es lo más saludable en este caso.
Elizabeth Cazessús
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3 comentarios:
Liz, he leido con enorme interés y cuidado tu artículo referente al FOCUC. Lamento mucho que la opción de crítica inteligente y participación ciudadana incluyente haya quedado atrás hace muchos meses.
Pilar de Pina
Gracias por tus palabras, tenia que decirlo por salud mental. Aqui estamos en la trinchera.
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