“Ir
hacia lo oscuro y desconocido
mediante
lo más oscuro y desconocido."
Zenón, OPUS NIGRUM
Elizabeth Cazessús
Recolectas evidencias del mal para
delimitar tu diagnóstico, sólo tienes un croquis como un mal borrador viejo y en desuso, que se oscurece,
una recolección de imágenes que se convertirán en escombros, perfiles
deshauciados, espectros y fantasmas desdibujados por la humedad, el desgaste de
los materiales, la basura y virus que hay que desechar, en esta deconstrucción que es esa especie de cirugia mayor
que intenta llegar a la médula del problema, ya sea para auscultarlo, saber el
qué y el cómo de las causas que provocaron el fenómeno o la enfermedad que la
aqueja o le dio muerte a esa parte de la vida de la casa.
Cuando ves la herida con el bisturí del
lenguaje y escuchas al “doctor” que dice
:“aquí algo anda mal”; pero sigues. La humedad que no se controla causa virus,
el” black mold”, el hongo que crea un cáncer; cáncer para las paredes como para
el que la inhala; todo eso reducido a la basura que hay que desechar. Y cuando
el cáncer se instala en una casa hay que echarle vinagre para sanarla y matar
el virus, medicina que no te recomiendan los arquitectos, ni los ferreteros,
sino “los chamanes de la construcción”.
Los aspectos son notorios antes y después
de la medicina, esa lectura te la da la
humedad, las sombras y la carcomida soledad, que han devorado esa pared y la han dejado vieja y reseca con los años.
Cuando la fachada ya no tiene el matiz de
maquillaje de antaño, es que el olvido ha llegado para quedarse. El olvido se
hace cómplice del tiempo. El olvido lograr que la densidad de la vida no pase
de del nivel de zozobra y oscuridad. ¿ Dónde el tiempo se detiene? ¿Por qué
pareciera que no avanza? El olvido hace que el tiempo avance hacia atrás.
¿Qué dice el olvido de aquello creado? Cuando
quieres olvidar, la solución no es cortar de tajo, sino acercarse para ver
bien. Cuando evades una realidad que te causa dolor es que no ves solución inmediata, ni la que quisieras
ver.
La desmemoria es una medicina, una
liberación del pasado muerto. “Si no
olvidáramos estaríamos todos muertos”. Retroceder seria la palabra
correcta, pero avanzar hacia atrás en la deconstrucción es ir quitando madero
por madero, cartón por cartón, barrote por barrote , y si, hay un avance,
cuando ves el material nuevo instalado; los olores que cambian, la luz que
inunda.
La luz que ilumina todos los olvidos es la
misma que nos da el sol todos los dias, sólo que evidencia las sombras, esas
que no quieres que te enfrenten con otras angustiosas densidades. Puedes ver
otra vez a los muertos, los ves pasar más vivos en tu memoria con su enferemdad,
con el dolor, con su ausencia, eso que
no pudo ser.
Una rejilla oxidada que trasluce la luz que
da hacia el jardín, es como una esperanza entre rejas; lo que nos da el verde
en contraste con los óxidos, es una especie de bizarria en contraste con la
naturaleza sagrada que cultiva las manos de una madre.
El reciclado lo valoras como el
animal rumiante que rescata los
sedimentos del pasado, de una economía raquítica que no estuvo del todo
tan mal, la buena elección de algunas cosas, la decisión de ser acertivo
en otras, las buenas intensiones de hacer las cosas bien, la gracia de los
buenos tiempos, la oportunidad de servir, los milagros de la vida, las cosas buenas a pesar de todo.
En la noche te preguntas: ¿Cómo mira la
luna una casa abandonada?¿ Cómo la presiente? Qué partes de ella ilumina? ¿Cómo
entra a franquear sus sombras? ¿Qué silencio recorren sus muros dándole esa fuerza
de cuerpo en descomposición? Me pregunto,
si con sus huesos podré hacer el retrato de mis muertos? ¿En qué momento se
abrirán las puertas del entendimiento para saberlo todo? Cómo la comprensión al
fin abrirán los candados de la aberración, la represión y el miedo: esos
demonios?
¿Esos son los fantasmas de los que hablan
los escritores? Thomas Man, Sábato, Allende, Castellanos, Rulfo …
¿Cuáles fantasmas? Si los fantasmas viven en ti, ese clan que te avasalla, te ausculta, te grita, te asalta. Son el gen, el perfil , el carácter, el genio loco; son los muertos. Te descuidas y puedes parecerte tanto a ellos, como ellos a ti. Y esto es natural cuando vuelves a la casa de la infancia, al barrio, a tus raíces; lo que no es natural es que te repitas, que seas la copia, la viva estampa, sin saber aun quién eres. ¿Realmente crees que romper el cordón umbilical es lo que te ha dado fuerza y un nombre? ¿Es eso, suficiente? Te das cuenta que tus pasos ya son pasado en este instante, que sientes que no existes.
¿Cuáles fantasmas? Si los fantasmas viven en ti, ese clan que te avasalla, te ausculta, te grita, te asalta. Son el gen, el perfil , el carácter, el genio loco; son los muertos. Te descuidas y puedes parecerte tanto a ellos, como ellos a ti. Y esto es natural cuando vuelves a la casa de la infancia, al barrio, a tus raíces; lo que no es natural es que te repitas, que seas la copia, la viva estampa, sin saber aun quién eres. ¿Realmente crees que romper el cordón umbilical es lo que te ha dado fuerza y un nombre? ¿Es eso, suficiente? Te das cuenta que tus pasos ya son pasado en este instante, que sientes que no existes.
Es la hora y desde esta misma casa en el
otro lado del planeta, oscurece; sin embargo tu
piel empieza a descarapelarse
como lo hace la serpiente.
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