ENEDIANA, DEL LIBRO DE POESIA, "NO ES MENTIRA ESTE PARAISO", CECUT, CONACULTA, 2010.

PRESENTACION DE NO ES MENTIRA ESTE PARAISO

PRESENTACION DE NO ES MENTIRA ESTE PARAISO
VICTOR SOTO FERREL, ELIZABETH CAZESSUS NELIDA RUIZ

jueves, 28 de febrero de 2013

CUPIDO Elizabeth Cazessús.




Cuando digo ocupas todo es que estás adentro
Con tus letras y palabras, con tus mensajes
en el recuerdo, con los gestos como la flama.
Cuando digo ocupas todo es que no  alcanzo
A descifrar el enigma que eres,
Como la fuente que nace no sé desde que río
Sin  luz, ni aire de abril
Cuando digo ocupas todo es que la casa te extraña
Cuando no estás, esta casa que fue tuya y sin ti
es menos mía,
cuando digo ocupas todo es que  cuando leo
los libros te reclaman un espacio
y subrayo  para pensarte otra vez e ir contigo
entre las líneas de un texto
cuando te digo ocupas todo es que no estás
y es la ausencia que me advierte
que vives entre los ecos de un poema herido
por una punta de flecha en el aire.
                               
Dic. 2012.

domingo, 17 de febrero de 2013

LOS OTROS Elizabeth Cazessús.



A ellos mi voz les perturba, los atrapa en la incomprensión y no quieres descifrar lo que yo misma a tientas ya oscuras voy descifrando a ratos. Yo no puedo decir “para poder ser he de ser de otro” pues no sé quién soy, aun no, la semilla aguarda al fruto, aun la flor se resiste abrir su corola, y el árbol tarda en encender la fronda, y no hay tiempo para explicar.

Yo conozco del tiempo lo que voy descubriendo y ellos no saben el tiempo lo que yo, como cae con una repentina ráfaga de luz, y se queda en mi corazón tendido, largo con su melancolía a cuestas. Y acaso una palabras o frase despierta con todas sus letras en medio del caos, adentro con su escalada de voces, que brotan y arremeten contra los tímpanos, mas allá de los ecos y las tempestades que anuncian cada invierno en que caen las hojas de los libros, o en medio de la anarquía indescifrable, de mis cuadernos entre nota y nota, a deshoras.

No saben por qué tengo esta manía impracticable para ellos y que me obstino a seguir como si fuera una enfermedad, o un daimon posesivo que me devora los sesos, y me atrapa con esa adversidad, y me tiene incomprendida para ellos.

Lo que para mí es normal ellos lo ven anormal, y los dejos que sean, que digan y piensen, sin pensar, que se explayen ante mi como dándome las lecciones de rutina y de la vida. Últimamente está muy de moda el concepto de tolerancia. Mi libertad la ejerzo en la medida que los tolero a ellos, pero aun así yo sé que la tolerancia es solo un discurso alienado, y desquiciante, que no les puedo decir por qué. Pues ¿cuál tolerancia, para la vida del planeta, cual tolerancia para los que tiene hambres y sufren las imprecaciones del poder, de la guerra de la avaricia?

De cualquier manera, yo puedo imitar sus gestos, y me disfrazo con sus costumbres, me pongo los “antifaces de la fiesta”, hablo su lenguaje, y ejecuto sus convenciones para robustecerlos, para dejarlos vivir a pesar mío.

Aun así, practico el silencio como una vocación, pues mis palabras los agreden, y yo no quiero agredir, simplemente hay un tono en mi voz, una protuberancia, una especie de deformación que llega desde lo hondo y los trastoca. No sé qué pueda ser. Yo lo estoy descubriendo apenas y a penas…

Pero cuando juego su juego nada hay que les moleste, nada extraño ni misterioso que les despierte conjeturas contradictorias…

Puedo, entonces, sentarme a la mesa, alrededor, y saber lo que van a decir, me puedo anticipar a sus lenguajes, masticar su discurso, imitar sus alabanzas, pero me callo prefiero callar. Pues así ellos se sienten seguros en la vida, que sigue como si nada. Con sus cortes de rutina, sus formularios de revista, sus recetas y sueños infantiloides, su voluntad sin la fuerza del espíritu.

Ellos no entienden por qué y yo me pregunto por todas estas cosas, y como puedo tomar mi diario para escribir: “ José se levantó de la mesa y prefirió estar en el sillón y apartarse de los demás”. No pueden ni quieren saber. Por eso sigo callad y veo a través de la ventana con tristeza como se desvela el día, como he llegado aquí, a este silencio que se ha hecho mi cómplice y que me habla y entiendo más que los otros.

1988.

RAZONES DE LA DAMA INFIEL , PARTE 1

RAZONES DE LA DAMA INFIEL, PARTE 2